: include(/home/promoonl/public_html/comerciomundial.cl/wp-content/themes/comercio/inc/meta.php): failed to open stream: No such file or directory in
: include(): Failed opening '/home/promoonl/public_html/comerciomundial.cl/wp-content/themes/comercio/inc/meta.php' for inclusion (include_path='.') in
El intercambio comercial de Chile alcanzó los US$ 71.037 en los primeros 5 meses del año, el valor más alto en las últimas 3 décadas acorde al informe de la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales (SUBREI), con cifras publicadas por el Banco Central de Chile.
Pese a la recuperación que ha mostrado el Comercio Exterior del país, la crisis sanitaria por COVID-19 a provocado grandes cambios en el sector. En entrevista con Comercio Mundial, el jefe de la carrera de Comercio Exterior y Logística de la Escuela de Comercio de Santiago, Luis Riquelme, se refiere al nuevo paradigma y los desafíos que enfrenta Chile para modernizar sus procesos en la gestión de las cadenas logísticas, entre otros aspectos.
¿Cuáles son los grandes desafíos que ha traído la pandemia para el Comercio Exterior y Logística en Chile?
-La migración obligada al teletrabajo ha tenido grandes desafíos para el sector. Sobre todo para la logística, que por la naturaleza de su labor es mayoritariamente presencial. Por lo tanto, está el desafío de la adaptación de los profesionales y de las empresas a este sistema virtual.
Pero por el lado de las operaciones, el comercio mundial ha sufrido grandes caídas tras la pandemia, sectores productivos que han dejado funcionar, cierre de fábricas o contar con menos personal ha ido retrasando los embarques y todo lo que es la cadena logística propiamente tal.
A esto se suma el aumento sostenido en los precios de los fletes: Antes de la pandemia, un contenedor desde China podría encontrarse fácil entre los US$ 600 US$ 800. Hoy, está alrededor de los US$ 10.000 e incluso más. Esto ha golpeado el costo en la operación de logística internacional y con ello el impacto en el valor del precio del producto final al consumidor.
¿Cómo ha afectado esto en la labor de los profesionales del rubro?
-El mapa de las exportaciones e importaciones ha ido cambiando producto de esta nueva dinámica. En Chile, no estábamos muy preparados para el e-commerce, la forma de trabajar un centro de distribución que depende de abastecer a centros comerciales de venta presencial, versus un centro de distribución que abastece directamente al cliente final en lo que se conoce como última milla, es distinto.
Por lo tanto, ha sido un cambio de paradigma importante dentro de lo que es el que hacer de ambas profesiones (Comercio Exterior y Logística), que van muy de la mano una con otra. Sin embargo, una de las debilidades que de manera personal he evidenciado es que las empresas por lo general las tratan como dos partes distintas, enfocando principalmente logística al abastecimiento y al movimiento de carga a nivel nacional, y al comercio como sector de compraventa a nivel internacional, siendo que estas áreas podrían ir caminando de la mano y optimizar mejor el proceso de internación y exportación.
Muchas veces como institución de educación nos tenemos que hacer cargo de dar las herramientas para que el profesional del comercio exterior entienda ciertos procesos de logística, y que el profesional de logística entienda ciertos aspectos técnicos de lo que es el comercio internacional.
A raíz de lo anterior ¿Cómo evalúa la participación del Estado en la gestión global de las cadenas logísticas en Chile?
-Por la geografía chilena, un país largo y angosto, una línea férrea bien construida podría unir al país de Arica a Puerto Montt, y serviría de apoyo al proceso logístico. Hoy todo el proceso descansa en el sector camionero y hemos dejamos fuera Punta Arenas, por la geografía dispar que presenta el país en la zona sur extrema, pareciera que nos olvidamos de dichas regiones.
Lo pocos trenes de carga que tenemos prácticamente mueven basura y químicos, pero no existe una red sana en la cual uno pudiese crear esta red logística que obviamente también ayudaría -al tener mayor oferta- a disminuir los costos de transporte, debido a que se podrían incorporar líneas férreas donde podamos mover 40, 50 contenedores versus un camión que mueve 1 o 2 como máximo.
Como país y Estado tenemos una cuenta al debe bastante importante en ese sentido. Podríamos tener un sistema férreo que signifique una competencia sana dentro del sector. Los camioneros jugarían un rol fundamental dentro de este sistema, ya que podrían aumentar sus volúmenes de movimiento de carga en una zona mucho más restringida, llevar la carga del sector productivo a las zonas de acopio de los trenes para que estos tomen la carga y la puedan mover. Así, serían parte de la cadena y se encargarían de realizar los tramos más cortos, por ejemplo, entre ciudades limítrofes.
¿Qué medidas debiesen ser implementada para llevar esto a cabo?
-Esto significa una labor y un diseño de una red logística que tiene que ser pensada no solamente por el Estado, sino también por el sector privado y aquí necesitamos una fuerte inversión público-privada para poder llegar a esos resultados.
Es un costo importante y el desincentivo principal creo que va por esa vía, la fuerte inversión que significa, porque en las condiciones actuales la inversión que hay que hacer para poder salvar ferrocarriles es muy alta y el Estado no tiene los recursos para hacerlo solo, necesitamos de una alianza público-privada que se interese por rescatar ferrocarriles del Estado y otras compañías férreas para modernizar dicho sector y poder tener un sistema logístico que sea sano.
EE.UU nunca dejó de lado su línea férrea y todavía mueve millones de toneladas de carga de costa a costa, igualmente Canadá y Australia. Europa en conjunto modernizaron y unificaron todas las líneas para poder mover personas y carga, ¿Por qué Chile no puede pensar de apoco en unir ciertas ciudades o sectores que se caracterizan por grandes volúmenes de carga, y comenzar con este movimiento interno? Esto significaría una disminución en los costos, y con ello mayor competitividad y mejores precios a lo largo del país, por lo que yo creo que efectivamente es un factor fundamental en la modernización de la logística nacional.
Tras las recientes cifras del Comerio Exterior en Chile, donde las exportaciones sumaron en mayo 9 meses de crecimiento consecutivo y las importaciones registraron una fuerte alza de 75% ¿Cuáles son sus estimaciones para el 2021-2022? ¿De qué dependerá la recuperación para llegar a los niveles prepandemia?
-Estas cifras están ligadas naturalmente con el aumento del e-commerce, dentro de esa estadística presentamos un crecimiento de US$ 71.000 millones solamente en lo que es el comercio exterior chileno en el último tiempo, por lo que efectivamente son señales de una posible recuperación económica, pero tampoco podemos dormirnos en los laureles pensando que nuestras exportaciones e importaciones se van a mantener.
Esto se debe principalmente al tema de las ventas online y a que los mercados de a poco han comenzado a tomar cierta normalidad. Sin embargo, el mantener estas cifras y que sigan creciendo, no depende del comercio exterior propiamente tal, sino de los procesos productivos en el país.
Chile, desde siempre se ha caracterizado por ser un mono exportador, nuestras principales exportaciones son el cobre, y como su valor va al alza ahí tenemos uno de los motivos por los cuales hemos alcanzado buenos niveles en el último tiempo, pero faltan exportaciones de productos con valor agregado.
Falta todavía un proceso de industrialización efectivo que ayude no solo a mantener estos niveles de exportación, sino que también a crecer y mejorar.
Si tenemos como principal motor económico la exportación del cobre, que representa casi el 50% de nuestros envíos al exterior, con una acción tan pequeña de China que es salir a vender sus excedentes para bajar el precio ¿Qué estabilidad económica podemos tener? Ya pasamos una situación similar con el salitre, las salitreras hoy en día son un punto principal de turismo más que de producción, y con el cobre podría pasar algo similar.
Tenemos un proceso productivo que está al debe. Hoy en día las grandes empresas nacionales están en una posición muy cómoda, no tienen un incentivo para modernizar o crear nuevos productos.
Por lo tanto, ahí nace lo que es la fuerza productora de las Pymes, que podrían introducir precisamente ese proceso productivo necesario y generar nuevos productos con mayor valor agregado, que signifiquen una verdadera diversificación de la canasta exportadora chilena.
Una buena opción es la exportación de servicios, principalmente los llamados “servicios Globales”, que van desde una gama muy básica de soporte a la exportación de servicios de alta complejidad como los llamados BPO (Business Process Outsourcing) KPO (Knowledge Process Outsourcing) que son la externalización de procesos altamente competitivos y de alto valor agregado y que Chile podría ser una plataforma latinoamericana para dicha exportación de servicios.
Comentarios recientes