En los últimos meses hemos visto cómo los precios de las materias primas han aumentado en la medida que la mayor parte de las naciones de todo el mundo han comenzado a controlar la pandemia y quitar las restricciones.

Por ejemplo, el crudo Brent, índice de referencia internacional del petróleo, ha subido casi 40% desde principios de enero, mientras que el cobre, el hierro, el paladio y la madera, han alcanzado niveles récord este año.

También los productos básicos agrícolas clave, incluidos los cereales, las semillas oleaginosas, el azúcar y los productos lácteos han tenido importantes alzas y, con ellos, los precios de los Fondos Cotizados en Bolsa (ETF) relacionados.

Sin embargo, los inversionistas que se han beneficiado de este auge no quieren cantar victoria todavía y están tratando de esperar a ver si se trata de un rebote temporal de un profundo shock del mercado o si se ha comenzado un nuevo «superciclo», donde los precios se mantendrán elevados durante años.

Los defensores de esta segunda teoría creen que el mundo requiere con urgencia enormes inversiones para descarbonizar las sociedades industriales que apoyarán la demanda de cobre, cobalto, litio y níquel. Por eso, el impulso hacia esta economía más verde está generando este aumento en los precios de los metales.

Entregando datos concretos:

Los ETP más generales de materias primas han aumentado en entradas netas de US$ 4.200 millones, en comparación con los US$ 298 millones durante todo 2020.

Los ETP de los metales industriales, como el cobre y el aluminio, alcanzaron unos US$ 1.000 millones, frente a los US$ 316 millones del 2020.

Los ETP de energía han sufrido salidas de US$ 6.100 millones, revirtiendo los US$ 8.300 millones de 2020.

Los ETP de oro también han alcanzado los US$ 6.100 millones, en contraste con el año pasado llegaron a US$ 48.700 millones.

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