La iniciativa apunta especialmente a las grandes compañías tecnológicas, muchas de ellas estadounidenses, que pagan impuestos irrisorios a pesar de obtener beneficios de decenas o incluso cientos de miles de millones de dólares, gracias a qué están domiciliadas en países donde la tasa del impuesto de sociedades es muy baja o incluso nula.
Las principales potencias del G7 (Reino Unido, Francia, Italia, Canadá, Japón, Alemania y Estados Unidos) anunciaron el pasado sábado un compromiso histórico para aplicar un impuesto mínimo global y una mejor repartición de los ingresos fiscales procedentes de las grandes empresas, en particular los gigantes de internet, tras una reunión de dos días en Londres.
Así, el bloque se comprometió con un objetivo de una tasa mínima mundial del impuesto de sociedades de «al menos el 15%», según una declaración conjunta en la que también se menciona un acuerdo sobre un mejor reparto de los derechos a tasar los beneficios de las grandes multinacionales.
La iniciativa apunta especialmente a las grandes compañías tecnológicas, muchas de ellas estadounidenses como Amazon y Google, que pagan impuestos irrisorios a pesar de obtener beneficios de decenas o incluso cientos de miles de millones de dólares, gracias a qué están domiciliadas en países donde la tasa del impuesto de sociedades es muy baja o incluso nula.
El G7 quiere poner fin a la competencia fiscal entre países, que creen que les perjudica a todos, en un momento en que las arcas de muchos Estados están vacías por la pandemia, mientras que los gigantes de internet se han beneficiado de la crisis.
“Se calcula que los recursos provenientes de estas medidas podrían llegar tan alto como a US$ 200 mil millones provenientes de multinacionales y plataformas tecnológicas, que han privilegiado jurisdicciones con tratamientos tributarios más favorables. Si se concreta la idea, obligará a dichas empresas que declaran como base países donde optimizan con menores tributos, a compensar con el pago del monto que faltó para llegar al 15% a otros países. Lo que se plantea es que, cuando las multinacionales tengan márgenes de ganancias superiores al 10%, al menos un quinto de los impuestos deberán ser pagados en el lugar donde estas ganancias fueron obtenidas”, explicaron desde el medio Pauta.
EE.UU había sugerido inicialmente una tasa global del 21%, antes de cambiar de opinión y situarla en el 15%, un nivel que, por ejemplo, Francia considera «un mínimo», «un punto de partida».
«Queremos trabajar con nuestros socios del G7, del G20 y de la OCDE para intentar tener una tasa más ambiciosa», dijo el viernes en Londres el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, quien tras el acuerdo del sábado habló de «etapa histórica» en la «lucha» contra la «evasión y la optimización fiscal».
TRIBUTACIÓN TRANSFRONTERIZA
El acuerdo del G7 sobre un impuesto corporativo mínimo sienta las bases para el siguiente paso, que es una reunión del 30 de junio al 1 de julio de los 139 países que negocian las futuras normas de tributación transfronteriza en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en París.
El objetivo de los países es llegar a un consenso sobre los detalles en la reunión, ya que se ha hecho mucho trabajo técnico. Cualquier acuerdo que se alcance en esa reunión se presentará a los ministros de Finanzas del G20 para que lo aprueben durante un encuentro en Venecia los días 9 y 10 de julio.
La OCDE y EE.UU han dicho que es posible que haya que esperar hasta una reunión del G20 en octubre para conseguir la aprobación final, porque la posición de Washington podría no ser la definitiva en julio, debido a que el Congreso estará tramitando un paquete de medidas tributarias locales.
FUENTE: Portafolio
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