Europa está de suerte: los contagios siguen bajando, los procesos de vacunación van mejor de lo esperado y la economía está reflotando este verano junto a olas de calor que en Italia han llegado a 48,8 grados.
Esto ha hecho que la actividad económica se acelere a pasos agigantados, concretamente desde el mes de julio se produjo la mayor flexibilización de restricciones de Covid-19 dio un impulso a los servicios y el turismo.
La Fabricación del Índice de Compras (PMI) saltó a 60,4, su nivel más alto desde junio de 2006, a lo que se suma una importante subida del sector manufacturero del viejo continente.
Sin embargo, no todo son buenas noticias ya que los temores de otra ola de infecciones y el miedo por la expansión de la variante delta también están afectando a la confianza empresarial.
Y es que la temida variante del virus ha impactado aún más las cadenas de suministro globales ya interrumpidas y ha impulsado los precios de las materias primas que necesitan las fábricas.
De hecho, la actividad privada de la Unión Europea registró una ligera desaceleración durante el mes de agosto debido principalmente a las interrupciones en el suministro del sector industrial.
La realidad es que nadie sabe qué sucederá de aquí a finales de año con nuevas variantes y el comienzo de las terceras dosis de refuerzo, pero por suerte nada indica que se vuelva a los peores tiempos de paralización económica de la pandemia.
Fuentes:
Diario Financiero: https://bit.ly/3DjdmPG
El Espectador: https://bit.ly/2WnDsjA
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