El acuerdo comercial contiene una regla de origen de los productos, lo que hace que las empresas que usen parte de productos extranjeros tengan que pagar costes adicionales por vender sus bienes en la UE.
Alrededor de 500 compañías británicas se encuentran en negociaciones con Países Bajos para establecer una sucursal en territorio neerlandés. Esto tras de la salida de Reino Unido de la UE el pasado 1 de enero, que ha traído como consecuencia largas demoras en la frontera, más trámites y problemas de cobros de impuestos.
Acorde al medio de noticias EFE, la Agencia de Inversión de Asuntos Exteriores de los Países Bajos (NFIA) informó que el creciente interés de estas empresas tiene relación directa con el acuerdo comercial del brexit alcanzado a finales de 2020.
“Aunque ese acuerdo evitó un brexit duro y caótico el 1 de enero, la realidad para muchas empresas sigue siendo complicada porque se han enfrentado a tiempos de espera más largos en la frontera, diferentes trámites y problemas con los cobros del IVA a sus clientes, que, al no obtener un servicio intracomunitario, hace que este impuesto sea más difícil de declarar en la UE y tenga que incluirse en las facturas, encareciendo los productos”, sostuvo el medio.
BUROCRACIA
Abrir una sucursal, o trasladarse a Países Bajos, es el único camino que ven muchas de las firmas que hacen negocios con la UE, para evitar la burocracia que ha aparecido desde principios de año al hacerse definitivo el Brexit.
El acuerdo comercial contiene una regla muy estricta de origen de los productos, que establece que solo lo que se produce principalmente en Reino Unido se puede exportar a territorio comunitario sin aranceles, lo que hace que las empresas que usen parte de productos extranjeros tengan que pagar costes adicionales por vender sus bienes en la UE.
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