El gobierno implementó fuertes controles a la carne y se espera se traspasen a otros productos, panorama que podría agravar la apertura económica del país y el acceso a divisas.
Con el fin de cuidar las reservas locales, Argentina implemento fuertes controles a sus importaciones, sumando recientemente las restricciones a la demanda externa de carne.
La nueva Declaración Jurada de Exportaciones de Carne (DJEC) tendrá un funcionamiento similar al viejo ROE (Registro de Operaciones de Exportaciones), un instrumento que aplicado durante segundo gobierno de Cristina Kirchner (2011-2015).
Acorde al gobierno del país trasandino, la DJEC fue creada con dos objetivos simultáneos: “Evitar posibles desequilibrios en el mercado interno de la carne en condiciones de abastecimiento, precio y calidad”. En los últimos 12 meses, el precio de la carne aumentó un 75%, casi el doble que la inflación promedio. Al mismo tiempo busca “transparentar las operaciones de venta de carne al exterior, evitar subfacturaciones y triangulaciones con países vecinos”.
MERCADO CAMBIARIO
Según consignó el medio Infobae, estas trabas van en contra del objetivo expresado en forma permanente por todos los integrantes del equipo económico, es decir la necesidad de generar divisas genuinas para estabilizar el mercado cambiario.
Las exportaciones de carne ya suman cerca de US$ 3.000 millones y las estimaciones marcan que podrían ascender a US$ 10.000 millones en los próximos años, en caso de contar con los incentivos correctos.
Las nuevas restricciones afectarían no solo al sector ganadero, también podría impactar en la próxima siembra de trigo o maíz, ante el peligro que se apliquen controles similares, nuevamente con el argumento de evitar que los altos precios internacionales alteren el mercado local.
La incertidumbre respecto al acceso a divisas para importar bienes finales e insumos también está detrás de la aceleración de precios, en especial en ropa y calzado. “Como no sé cuándo voy a poder a volver a importar telas, tengo que poner precios muy altos y vender lo poco que pude producir”, expresó a Infobae un empresario textil.
APERTURA COMERCIO EXTERIOR
“Este panorama no hace más que agravar uno de los principales problemas que enfrenta la Argentina, que es su bajísimo nivel de apertura desde el punto de vista del comercio exterior. El Gobierno optó por más proteccionismo para proteger a la producción local, pero la contracara es un aumento de precios que afecta los bolsillos de los consumidores locales”, advierte el medio.
Agrega que nada indica que esta política vaya a cambiar en los próximos meses. Al contrario, lo más probable es que se profundice para llegar con los fuertes controles hasta las elecciones. Sería un alivio de corto plazo, pero que complicará todavía más el horizonte post electoral.
El objetivo de cortísimo plazo es cuidar todo lo posible las reservas y ni siquiera las compras de dólares que acumula el Central en los últimos 45 días está generando un alivio para el acceso a divisas para los importadores. La incógnita es si habrá algún relajamiento en las próximas semanas, a medida que ingresen más divisas por las exportaciones sojeras.
FUENTE: Infobae
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